ENTREVISTA.- Sergio Jáuregui regula su temperamento

•Experiencia• El nacimiento de su hija y una mejoría en su juego cambiaron la vida del defensor de Blooming

De ser un jugador resistido por la hinchada, que estuvo implicado en un acto de indisciplina en la selección sub 20 (2005) y que no concedía entrevistas a la prensa, se ha convertido en uno de los referentes de Blooming desde mediados de la temporada pasada. El nacimiento de su hija y su matrimonio parecen haber hecho madurar al zaguero celeste, que ahora espera su oportunidad en la selección de Erwin Sánchez.

Cree que el jugador nacional necesita de personas que lo orienten durante su formación para no caer en muchas tentaciones.

- ¿A qué se debe el buen momento futbolístico? 

- Sin duda que el cambio de posición ayudó mucho, además del nuevo rumbo asumido como marido y padre de familia. Ahora soy más responsable y ya tengo que pensar en dos personas más que dependen de mí y eso te hace cambiar.

- ¿Has madurado? 

- Sí, ya tengo seis años jugando en el profesionalismo y creo que las experiencias adquiridas me han ayudado mucho a cambiar. Debutar a los 17 en Bolivia no es fácil, yo tuve esa oportunidad y la he sabido aprovechar.

- ¿Tu inmadurez te hizo perder tiempo en tu vida como jugador? 

- Creo que los golpes le ayudan a uno a aprender. El arquero se tiene que equivocar para que nunca más le pase; entonces, al jugador le tienen que pasar cosas de las que debe aprender y asimilar lo positivo. Yo tuve muchas expulsiones, muchas tarjetas, muchas peleas y ahora estoy intentando dejar eso de lado.

- ¿Crees que has llegado al máximo de tu rendimiento? 

- No, me falta muchísimo por aprender; además, aún no he alcanzado el nivel que tenía cuando fui a Suiza a jugar. Pero cuando crea que ya di todo en el fútbol, me haré a un lado, aunque esto recién comienza.

- Sobre Suiza ¿qué pasó allá? 

- Pasamos por un buen momento. Firmé un contrato junto a Getulio Vaca Díez, jugamos y estábamos bien, pero sucedieron cosas que hicieron que optemos por regresar a Bolivia. En esto nada tuvo que ver la gente de Blooming, ellos no se metieron, fue algo interno de allá, que la verdad no nos gustó.

- ¿No hay posibilidades de salir nuevamente? 

- Eso lo maneja Blooming. Siempre hay gente que te habla de las posibilidades pero yo prefiero meterme únicamente en lo futbolístico. Cuando me digan que existe un contrato con tanto de dinero y por tanto tiempo, en ese momento recién podré tomar una decisión, mientras tanto no.

- En 2005 fuiste separado de la  selección sub 20 por supuestos actos de indisciplina, ¿en qué grado participaste? 

- En un comienzo la prensa se equivocó, me implicó directamente sin saber si yo participé o no de esos actos. Al día siguiente, cuando ya me habían metido en el problema, recién consultaron mi versión. Ya era tarde, de esas manchas la gente nunca se olvida.

- ¿Pero qué pasó de verdad, por qué te sacaron de la lista? 

- Esa noche el profesor ‘Cata’ Roque, que tenía que dar la lista de jugadores que iban a ir al torneo Sudamericano en Colombia (2005), entró en mi cuarto a decirme que mi nombre estaba en su nómina. Entonces yo le pedí que ponga también a los otros dos jugadores (Juan Carlos Arce y Luis Alberto Gutiérrez), pero él me dijo que no podía hacer eso y que éstos se tenían que quedar por lo que hicieron (se encerraron en el cuarto del hotel con una jovencita, que luego los denunció).

- ¿Cuál fue tu reacción ante esta negativa? 

- Le dije que me saque, que no iba con el grupo, aunque me pesaba, ya que teníamos un buen equipo, creo que un muy buen equipo.

- ¿Eso te podría complicar para posibles convocatorias? 

- No creo que eso sea un impedimento para que me llamen nuevamente a la selección de mayores. De ser así muchos jugadores no deberían estar y han estado, así que yo creo que lo ocurrido no será un obstáculo. Además, el buen momento por el que uno atraviesa no creo que pase desapercibido.

- ¿Qué conclusión sacaste de esta experiencia? 

- Fue una situación que me afectó mucho, pero que también me ayudó para avanzar y madurar.

- ¿Crees que el jugador debe vivir cosas buenas y malas para adquirir experiencia en su vida personal? 

- Creo que el jugador joven debe tener un buen técnico que le hable, que le enseñe y le explique las cosas que le tocará enfrentar en el futuro, sería muy positivo para este nuevo valor. Además que debe tener  buenos compañeros.

- ¿Qué experiencia tuviste? 

- Uno por ser juvenil muchas veces sigue a los mayores; yo muchas veces me iba con ellos sólo por estar ahí con el grupo, para que me sea más fácil entrar al círculo. Todo pasa por el medio que lo rodea a uno. Creo que uno tiene que ser firme en sus objetivos.

- ¿A qué se debe el cambio sobre tu relación con la prensa? 

- Todo se debe al cambio que hubo en mí. El buen momento que atravesaba me hizo considerar que era tiempo de encauzar nuevamente las relaciones. Entendí que el trabajo de los periodistas es así, que cuando uno está bien, hablan bien de vos, y cuando estás mal, te critican. Aprendí a saber escuchar.

- ¿Qué partido significó para vos un paso importante en tu carrera? 

- Mi debut con la selección boliviana frente a Paraguay, creo que ese partido quedará para siempre en mis recuerdos, pues, además de que ganamos (2-1), casi marco el primer gol, aunque de esa misma jugada salió la apertura del marcador para nosotros.

Ese día me salió todo. El profesor Blacut habló bien de mí, dijo que yo me perfilaba para ser el sucesor de Juan Manuel Peña. Todo eso me llenó de orgullo y hasta ahora tengo los recortes de ese día.

- ¿Te sentís mejor jugando de lateral que de zaguero? 

- Nunca había jugado en este puesto. Es más bonito, se va más para adelante, ayudo a llevar peligro, es más difícil, pero me gusta porque llego hasta el otro arco.

- ¿Dónde estás más cómodo? 

- Tengo más experiencia de central, ya que de lateral sólo jugué cuatro meses, y fue con el profesor Quinteros, que me colocó en esta posición; creo que no defraudé y causé buena impresión. Además, considero que son puestos que pueden ser compatibles.

- ¿Qué técnico te enseñó más? 

- Cada uno me ha enseñado cosas distintas. Quinteros ponía mucho énfasis en lo táctico, mientras que el profesor Apaza ahora nos está enseñando a usar la cabeza; otros nos enseñaban a pegarle más al balón y ‘Tucho’, que enseña más a ir arriba con todo. Cada uno tiene su propio estilo e intenta hacer lo que se puede.

- La época con Quinteros ¿ha sido una de tus mejores en tu carrera futbolística? 

- Para mí el año pasado fue muy bueno. Mejoré mucho y la gente cambió su actitud hacia mi persona; fue un cambio radical, y me llamó mucho la atención. En cada partido y jugada me aplaudían; esos fueron lindos momentos.

- Hubo cambios en Blooming ¿Qué se puede esperar ahora? 

- Nos va a costar un poco engranar. Tenemos un muy buen plantel, pero cambiar a ocho jugadores en un equipo es difícil, porque aún no nos conocemos bien y  en estos partidos se está cambiando mucho, lo cual no permite que logremos entendernos rápido.

Cuando nos conozcamos mejor las cosas van a ser diferentes y estaremos en condiciones de pelear el campeonato.

- ¿Puede ilusionarse la gente con este Blooming? 

- La gente tiene que esperar un poco. Entendemos que ellos siempre quieren ver a su equipo ganando y nosotros tenemos que trabajar para ello. Al hincha no le importa que estemos saliendo de la pretemporada; no, eso no cuenta para nada, puesto que la gente lo único que quiere es que el equipo gane.

- Oriente se está reforzando, ¿se le complicarán las cosas a Blooming? 

- Creo que tienen un buen plantel. Junto a Bolívar y nosotros somos los tres equipos que mejor se han armado para este campeonato. Ni qué decir si se queda Raldes esta temporada.

- ¿Volverá a darse en los clásicos el duelo con Juan Carlos Arce? 

- La verdad me gusta mucho esta situación. Con el ‘Conejo’ tengo una amistad de muchos años, conozco a su familia y él a la mía. Es lindo que la gente espere en un clásico la rivalidad entre nosotros, donde los hinchas de Blooming esperan que yo le gane todas, y los de Oriente que él haga lo suyo.

- ¿Será más fácil para ustedes enfrentar a Bolívar, teniendo en cuenta que ya saben cómo trabaja Quinteros?

- El ‘profe’ trabaja mucho en lo táctico. Él para bien el equipo en la cancha y sus movimientos y sus jugadas preparadas ya las conocemos, eso será un punto a nuestro favor. Ellos tendrán que apelar mucho a las individualidades de sus jugadores.

- ¿No crees que cambie para enfrentarlos a ustedes? 

- No, para nada. Una persona como él no cambia, ése es su estilo y seguirá así, es difícil que por un solo equipo vaya a cambiar el sistema de trabajo que utiliza durante tanto tiempo.

- ¿Qué análisis haces de los equipos que no avanzan en los torneos internacionales?  

- Yo creo que más pasa por el tema emotivo. Hay buenos jugadores y eso no es secreto. Me parece que la mentalidad del jugador cuando sale a jugar al exterior es muy negativa, y eso influye para que no se pueda avanzar. Cuando se cambie la manera de pensar, se mejorará y podremos mejorar.

- ¿Hay mucho conformismo? 

- No sé si será eso o demasiado respeto por el rival extranjero. Se deja influenciar mucho por los antecedentes que tiene y con todo lo que saca la prensa del equipo a enfrentar.

- ¿Hacen falta psicólogos en los equipos? 

- Hace unos años nosotros tuvimos a Tusnelda Flores en el equipo y creo que hemos sido los únicos en implementar ese sistema de trabajo. Ahora el profesor Apaza nos está entrando por ese lado. Si logramos combinar el trabajo con la mente y lo futbolístico en este club grande, se puede tener mejores resultados de los que tuvo con La Paz F.C., que se clasificó a una Copa Sudamericana.

 

Celeste, toda su vida como futbolista

Nació hace 23 años en Santa Cruz (13/03/1985), Sergio Jáuregui Landívar, se formó en la Academia Tahuichi y en 2002 fue transferido a Blooming, donde debutó profesionalmente con la camiseta celeste frente a Independiente Petrolero. Para ese entonces era entrenador de la academia cruceña José Luis Broun.

Es el único hijo varón del matrimonio entre Sergio Jáuregui y Gueddy Landívar, y hermano de Claudia (27) y Yessica (20).

Está casado con Marcela Menacho, con quien tienen una bebé de tres meses, de nombre Luciana.

Integró la selección boliviana sub 20 que en 2003 participó del campeonato Sudamericano en Montevideo (Uruguay), luego fue llamado a la selección mayor para un partidos amistoso frente a México, aunque no jugó en esa ocasión. En las eliminatorias al Mundial de Corea-Japón 2002 fue llamado por Ramiro Blacut para jugar frente a Paraguay además jugó la Copa América en Perú. Actualmente es jugador de Blooming, club con quien tiene contrato hasta el próximo año.

FUENTE Y FOTOGRAFÍA: EL DEBER (Jorge F. Arancibia Siles)